Hoy en día se conoce que no sólo no cesa la aparición de este tipo de enfermedades, sino que está aumentando la cantidad de personas infectadas. La única manera de luchar contra ello es la detección y los tratamientos precoces de las mismas.
Este aumento en nuestro país empezó a darse desde el año 2000, revirtiendo la tendencia descendente que se mantenía desde 1995, es así que por ejemplo los casos de sífilis han aumentado de 700 a 4000 en 15 años. Otras enfermedades como el VIH o el VPH, también presentan registros ascendentes sobre todo en aquellos jóvenes menores de 25 años.
Estas enfermedades son tanto un problema a nivel individual como a nivel de la salud publica, en el primero de los casos porque repercute en la salud general de la persona, y en el segundo caso porque muchas de ellas permanecen asintomáticas durante largos periodos de tiempo, tiempo en el que se puede estar contagiando a más personas sin conocerlo.
Como se habló al principio, la detección precoz es básica para mejorar el nivel de salud de la persona así como para evitar que contagie a otros individuos, por lo que es de gran importancia que si una persona tiene una relación de riesgo contacte con el servicio sanitario para realizar las pruebas y comprobar si tiene alguna infección o no.
Una vez la persona llega al servicio sanitario, el personal revisará su historia clínica y realizará las pruebas diagnósticas necesarias. Además de ello hay que tener en cuenta que existen una serie de factores de riesgo para desarrollar este tipo de enfermedades, como sen tener menos de 25 años, mantener relaciones sexuales con diferentes personas, antecedentes personales de ETS, entre otros.
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