Desde 1988, la comunidad internacional celebra una jornada dedicada a combatir el sida por medio de la concienciación y la promoción de medidas para evitar el contagio. En este día se destaca la necesidad de enterarse si se tiene VIH para iniciar un tratamiento antirretroviral que permite continuar una vida normal a seropositivos.
Liderada por la OMS y el programa de la ONU contra el SIDA (ONUSIDA), la campaña de 2018 insta a las personas a hacerse la prueba del VIH como primer paso para detener la propagación del virus, explicando que el examen también puede ayudar a proporcionar información a las personas más propensas a contraer la infección y evitar contagio.
La ONU estima que en 2017 había casi 37 millones de personas infectadas con el virus, de las cuales 21.7 millones reciben tratamiento. En el mismo año, 1.8 millones contrajeron el VIH y se registraron 940.000 decesos por enfermedades relacionadas con el SIDA. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que medio millón de personas económicamente activas morirán en 2020 por este tipo de padecimientos, la mayoría antes de los 40 años.
La campaña de este año pugna por acabar con el estigma y la discriminación que impiden que la población acceda a los servicios de tratamiento y de detección.
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